Los trastornos de la salud mental comprenden las alteraciones del pensamiento, de las emociones y del comportamiento. Estos trastornos están causados por complejas interacciones entre las circunstancias físicas, psicológicas, socioculturales y hereditarias.

La enfermedad mental es una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del desenvolvimiento considerado como "normal" con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo. Esta alteración se manifiesta en trastornos del razonamiento, del comportamiento, de la facultad de reconocer la
realidad y de adaptarse a las condiciones de la vida.

Las enfermedades mentales tienen en común, el que las relaciones interpersonales y sociales se ven afectadas y las personas no pueden llevar una vida social adecuada.

El origen de las enfermedades mentales puede ser de varios tipos:
  • Por problemas genéticos que presenten daño orgánico en alguna zona del cerebro que tiene que ver con el comportamiento y/o aprendizaje humano.
  • Por trastornos orgánicos, funcionales o fisiológicos, provocados por diversos factores.
  • Por algún problema sufrido en el cerebro, durante el parto.
  • Por problemas ambientales, que pueden ser ocasionados por algún contaminante o como resultado de vivencias de situaciones violentas, emocionales, estresantes o traumáticas, sobre todo durante la infancia y adolescencia.
  • Como resultado de un estilo de vida que implique situaciones educativas violentas o antisociales.
  • Por problemas seniles que van deteriorando y limitando las funciones mentales.
  • Por el uso y consumo de drogas o fármacos no recomendados.
  • Como consecuencia de accidentes y lesiones cerebrales.
Así entre los problemas mentales, en función de la gravedad y de su origen, se pueden distinguir los ocasionados por daños orgánicos como el retraso mental, las enfermedades psicóticas y las neuróticas.

Los trastornos psicóticos o psicosis se caracterizan por una pérdida del contacto con la realidad. Entre ellos encontramos: la esquizofrenia, la paranoia y las formas extremas de depresión, como la psicosis maniaco-depresiva.

Los problemas relacionados con la neurosis se caracterizan por estados de malestar y ansiedad, pero las personas afectadas no llegan a perder el contacto con la realidad. Estas, afectan en mayor grado a la percepción del sujeto sobre sí mismo, y a su nivel de agrado, de plenitud y de integración del yo, así como a sus relaciones con el entorno social y familiar más cercano. Sus síntomas clásicos incluyen las alucinaciones, delirios y grave alteración afectiva y relacional.
Entre ellos encontramos: los cambios bruscos de carácter, las fobias, los ataques de pánico, la angustia, la histeria, el estrés, la depresión, los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC), la hipocondría y en general, todos los que provocan una alta dosis de ansiedad sin que exista una desconexión con la realidad.

También existen otros problemas mentales ocasionados por la edad y el deterioro de los tejidos cerebrales. Entre ellas están por ejemplo el Alzheimer o el Parkinson que afecta el sistema nervioso.

La clasificación de los trastornos mentales es todavía inexacta y varía según las escuelas y doctrinas psicopatológicas. Para uniformar criterios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó la DSM, clasificación universal de los trastornos mentales.

*Trastornos infantiles
-El retraso mental: se caracteriza por la incapacidad para aprender con normalidad y llegar a ser independiente y socialmente responsable como las personas de la misma edad y cultura. 
-La hiperactividad: desorden que parte de un déficit en la atención y la concentración, se traduce en un exceso de ímpetu en el individuo que la padece.
-Los trastornos ansiosos: comprenden el miedo a la separación (abandono de la casa o de los padres), a evitar el contacto con los extraños y, en general, un comportamiento pusilánime y medroso.

*Trastornos orgánicos mentales.
-Alzheimer.
-Demencia senil.
-Parkinson.

*Esquizofrenia.

*Trastornos de la afectividad.
-Depresión: se caracteriza por la tristeza, el sentimiento de culpa, la desesperanza y la sensación de inutilidad personal. 
-Manía: se caracteriza por un ánimo exaltado, expansivo, megalomaníaco y también cambiante e irritable, que se alterna casi siempre con el estado depresivo.

*Trastornos paranoides: la personalidad paranoide es defensiva, rígida, desconfiada y egocéntrica, por lo que tiende a aislarse y puede llegar a ser violentamente antisocial. Los síntomas principales  son el delirio, las ideas de persecución, etc.

*Trastornos de ansiedad
-Ataques de pánico.
-Trastornos ansiosos generalizados.
-Fobias: el pánico aparece cuando el individuo intenta dominar otros síntomas: el miedo irracional, desmedido, a una situación, objeto o animal concretos que altera su vida cotidiana.
-Trastornos obsesivos compulsivos: la obsesión consisten en pensamientos, imágenes, impulsos o ideas repetitivas y sin sentido para la persona, que se ve sin embargo sometida a ellos. Por último, la compulsión es la tendencia irrefrenable a repetir mecánicamente comportamientos inútiles, rituales de comprobación o de previsión.

*Trastornos de la personalidad.
-Personalidad paranoide: se caracteriza por la suspicacia y la desconfianza.
-Personalidad esquizoide: ha perdido la capacidad e incluso el deseo de amar o de establecer relaciones personales.
-Personalidad esquizotípica: se caracteriza por el pensamiento, el habla, la percepción y el comportamiento extraños.
-Las personalidades histriónicas: se caracterizan por la teatralidad de su comportamiento y de su expresión. 
-Personalidad narcisista: que demanda la admiración y la atención constante de los demás.
-Las personalidades antisociales: se caracterizan por violar los derechos de los demás y no respetar las normas sociales.
-La personalidad dependiente: es pasiva hasta el punto de ser incapaz de tomar una decisión propia, forzando a los demás a tomar las decisiones en su lugar.