El Proceso de Atención de Enfermería es un método que guía todas las actividades que enfermería lleva a cabo. Este analiza al individuo, la familia y la comunidad, incluyendo su entorno, de una manera ordenada y sistemática, y responde a un problema o problemas en relación a la insatisfacción de una necesidad, este problema puede ser real, es decir, que sucede en ese preciso instante, o potencial, es decir, que tiene un cierto peligro de que suceda en un determinado tiempo cercano, con las respuestas a estos problemas se busca satisfacer las necesidades alteradas del sujeto de atención.

Entonces, el Proceso de Atención de Enfermería es la aplicación de una metodología científica sobre el quehacer de la enfermería y exige al profesional de enfermería conocimientos sobre las áreas de las ciencias biológicas, sociales y de comportamiento, y además, habilidades para poder valorar, decidir, realizar y evaluar la respuesta humana del sujeto de atención.

El Proceso de Atención de Enfermería posee ciertas características, las cuales son: sistémico, organizado, dinámico, cronológico, único, individual y personalizado; y además presenta una serie de etapas que lleva adelante el enfermero/a, estas son: valoración, diagnostico, planificación, ejecución y evaluación.


Valoración 

Esta etapa es un proceso dinámico y continuo que implica reunir, verificar y organizar información sobre el sujeto de atención y su entorno.

Aquí se pueden identificar los problemas reales o potenciales. Para la búsqueda y recolección de datos el enfermero/a aplica los métodos de observación, entrevista y examen físico; como así también puede apoyarse en documentos como la historia clínica, los estudios complementarios, el registro de enfermería y demás.

La persona que está recibiendo los cuidados se lo considera como la fuente primaria de datos, mientras que los familiares, personas allegadas, otros miembros del equipo de salud y distintos documentos propios de la persona, se los considera como la fuente secundaria de datos.

Los datos pueden clasificarse en objetivos y subjetivos, estos se diferencian ya que los primeros son aquellos en los que el profesional los recolecta de la historia clínica, los registros, los estudios y otros documentos, como también aquellos que recoge a través de las técnicas de enfermería, como el control de los signos vitales, la palpación, percusión, auscultación, etc.; mientras que los datos subjetivos son los que el sujeto o la familia le aportan al enfermero, sin que este pueda convalidarlo de alguna manera objetiva.

Herramientas de la valoración.

Observación: esta involucra los sentidos de la vista, oído, olfato y tacto, como también toda aquella tecnología que amplifique la percepción de estos sentidos. Es una habilidad que permite identificar todo aquello que sea importante en relación a una necesidad no satisfecha, a un riesgo real o potencial. Es direccional, tiene un sentido, se observa en un contexto, que también forma parte de la observación, puede ser comparativa y por supuesto, debe tender a la objetividad.

Entrevista: mediante esta se busca información que ayudará a enfermería a identificar aspectos positivos, problemas y a guiar la planeación y ejecución de la atención de enfermería.

La entrevista puede ser estructurada, esta es cuando las preguntas son cerradas,  o el objetivo de la entrevista es uno fijo por lo que no se abre la charla hacia otros temas; o también pueden ser no estructuradas, estas son cuando el enfermero/a junto con el sujeto de atención, entablan una comunicación y la charla es más abierta.

Esta cumple cuatro propósitos: adquirir información para el diagnóstico y la planificación de cuidados; facilita la relación positiva enfermero/sujeto; permite a la persona cuidada recibir información y participar en la planificación de cuidados; permite al enfermero/a proceder a investigaciones específicas.

La entrevista consta de tres partes:

La introducción: cuando la enfermera/o y el sujeto inician una relación terapéutica que permite a través de la actitud profesional del primero el desarrollo de una relación positiva.

El cuerpo: normalmente comienza con el motivo de consulta, incorporando la historia clínica, los antecedentes, los datos sobre la religión y costumbres que adopta la persona.

La finalización: la enfermera/o no deberá introducir material nuevo, es decir, que si la persona siente y tiene  ganas para continuar se puede hacer, siempre y cuando se disponga de tiempo, de lo contrario se sugiere continuar con esta en otro momento más oportuno.

Se cotejarán los datos más relevantes, esto permite a la persona que ratifique o niegue la percepción que la enfermera/o tenga de los mismos y planificar los cuidados en forma compartida.

Examen físico: este es la valoración física que enfermería hace al paciente, realizando la exploración de signos y síntomas, mediante técnicas de observación y medición, utilizando algunos instrumentos y maniobras.

Para llevar a cabo este examen,  la enfermera/o debe tener conocimientos y también debe desarrollar habilidades y utilizar ciertos instrumentos, los sentidos de la audición, visión, tacto y olfato son herramientas básicas de la exploración física.

El examen físico puede ser:

Cefalocaudal: de la cabeza a los pies, este comienza por la cabeza de la persona, progresando en forma sistemática y simétrica hasta que se llega a los pies de la misma.

Por sistemas orgánicos: este es el que nos permite examinar los sistemas como por ejemplo: tegumentario, cardiovascular, reproductor, neurológico, etc.

Por patrones funcionales: este es el método que permite la búsqueda de datos teniendo en cuenta los patrones funcionales de salud. Se centra la exploración en áreas funcionales determinadas.

La enfermera/o  para realizar el examen físico deberá emplear cuatro técnicas fundamentales, estas son: inspección, palpación, percusión y auscultación.

La inspección: representa la exploración visual del paciente, en busca de respuestas, normales o anormales, basándose en los rasgos físicos y comportamientos específicos que presenta este.

Con este método, se determinaran características la coloración de la piel y mucosas, la postura, las actitudes que adopta la persona. Aquí también se lleva a cabo el control de los Signos Vitales, otra acción que se lleva adelante es el control del estado de conciencia.

Esta técnica puede ser: simple directa, como al observar los rasgos corporales y físicos del paciente, o puede ser instrumental como por ejemplo el control de los Signos Vitales.           

En fin, se inspeccionara, cabeza, cabello, ojos, oídos, cara, cuello, tórax, miembros superiores, manos, abdomen, columna, miembros inferiores, pies.

La palpación: refiere a la utilización del tacto con el fin de determinar características de la estructura orgánica por debajo de la piel. Aquí se podrá evaluar tamaño, color, textura, temperatura, entre otras características.

Esta técnica puede ser: Monomanual: se realiza con una sola mano, ejemplo: temperatura de la piel. Bimanual: cuando se utiliza con las dos manos, ejemplo: palpación de simetría de tórax.

La auscultación: refiere a escuchar el ruido que producen los órganos. Esta técnica puede ser directa/inmediata, la cual se lleva a cabo solo con el oído; o bien puede ser indirectas/mediatas, la cual se lleva a cabo a través del estetoscopio.

Se identifica la frecuencia, intensidad, calidad y duración de los ruidos auscultados.

La percusión: tiene por objetivo producir fenómenos acústicos; localizar una zona dolorosa; e investigar movimientos reflejos. Consiste en golpear una superficie corporal, ya sea con uno o varios dedos. Esta técnica lo que permite es determinar tamaño, densidad, borde de un órgano, localización, limites, entre otras.

Para realizar esta técnica se debe colocar el dedo índice o medio de una mano fijo sobre la piel del paciente y golpearlo con el dedo medio de la otra.

A partir de esta técnica se pueden percibir sonidos sordos, son aquellos que se perciben como bajos; sonidos mates, aquellos que son de medio tono y secos; sonidos hipersonoros, aquellos que son claros y huecos; y sonidos timpánicos, aquellos que son fuertes y de alto tono.

           Diagnóstico

Es aquí donde se deben analizar e interpretar los datos obtenidos durante la valoración. El enfermero/a se encuentra en este momento en condiciones de enunciar el problema real o estado de bienestar del sujeto de atención, que requiere de la atención e intervención para lograr solucionarlo, o bien disminuirlo, con el conocimiento científico de enfermería, además, también el enfermero/a puede descubrir problemas potenciales e intervenir para que estos no se desarrollen y sean problemas reales en el futuro.

Planificación: 

Constituye la tercera etapa del Proceso de Atención de Enfermería. Consiste en la planificación de los cuidados de enfermería o elección de las estrategias o intervenciones necesarias para mejorar, mantener o recuperar las necesidades humanas y prevenir los problemas potenciales o riesgos o detectarlos precozmente.

Esta etapa incluye el establecimiento de prioridades; la formulación de los resultados esperados; y formulación de las intervenciones de enfermería.      

Ejecución

Refiere a la cuarta etapa del Proceso de Atención de Enfermería, y es en la cual se procede a llevar adelante e implementar los cuidados que se han planeado en la etapa anterior, y registrar las intervenciones realizadas, y los nuevos datos obtenidos al momento de la ejecución de los cuidados.

Evaluación

Es la última etapa del Proceso de Atención de Enfermería, en esta lo que se comprueba son los resultados alcanzados o logrados por el sujeto, relacionado a los resultados propuestas o que se esperaban.

Para poder llevar a cabo esta, se necesita de una nueva valoración, simultáneamente se evalúan los cambios obtenidos por el sujeto de atención, reiniciando nuevamente el proceso.

Si los resultados no son los esperados, se deben replantear: la elaboración del diagnóstico de enfermería; la planificación de los cuidados; y el cumplimientos de estos tal como se prescribieron.